Profesional Rodrigo López explica que durante la pandemia aumentaron los casos y que el 60 por ciento de ellos se da en mujeres de edad fértil
Aconcagua - Belén sufre de dolor de cabeza permanente. Le duele el cuello y también presenta dolores faciales, que habitualmente se extienden hasta los dientes.
Si Belén pide consulta con el neurólogo, el oftalmólogo y el otorrino, y sus exámenes no detectan nada anormal, es probable es que sufra de bruxismo. Así lo plantea Rodrigo López García, kinesiólogo de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), quien sostuvo que éste corresponde a uno de los trastornos de la articulación témporo-mandibular, también conocida como ATM, más frecuentes en la población.
“Es la articulación que, principalmente, nos permite la masticación. También nos permite articular palabras, por lo tanto, todo el proceso de comunicación nuestro, también se ve afectado, y es un punto doloroso bien común en cierto tipo de población por estas disfunciones que se producen, que están relacionadas al bruxismo, al estrés, a pérdidas de la propiocepción y, por lo tanto, de la movilidad (puede ser mucha movilidad o poca movilidad de la de la mandíbula)”, dijo.
Agregó que este tipo de trastorno se manifiesta a través de dolores faciales (a nivel de la mencionada articulación), los que podrían confundirse con otitis; además de cefaleas tensionales, los cuales se relacionan con problemas masticatorios y de movilidad.
El kinesiólogo comentó que quien sufre de bruxismo, genera un desgaste en las piezas dentarias, por lo cual requiere la atención de un dentista, quien creará un plano de relajación para que el paciente no sufra desgaste dentario mientras se rehabilita la musculatura orofacial. Sin embargo, dijo que si la base del problema es muscular, el kinesiólogo es el profesional más adecuado para trabajar con el paciente.
DAÑOS EN CARTÍLAGO
Con la misma claridad, Rodrigo López comentó que si la persona no consulta a tiempo, además de los dolores, aparecerá el miedo a masticar, tendrá problemas para mover la mandíbula, modificará su alimentación a una más blanda (menos fibrosa) y, finalmente, repercutirá en la articulación misma, generando daños degenerativos a nivel del cartílago, como la artrosis.
“Inicialmente, cuando el paciente llega, lo que tenemos que hacer es controlar el dolor y disminuir la inflamación de esta musculatura o tejidos que están inflamados. Luego de eso, tenemos que reentrenar esta musculatura, para que funcione de manera adecuada…y también es muy importante, no podemos dejar solo la mandíbula (la articulación témporo articular), sin abarcar el segmento cabeza y cuello”, sostuvo el académico.
En cuanto a los grupos poblacionales que se ven más afectados por los trastornos temporomandibulares, precisó que se da en mujeres en edad fértil porque tienen ligamentos que son más laxos y tienen factores de estrés más altos que los hombres, los que -según advirtió- aumentaron durante la pandemia. Lo positivo, en el caso de ellas, es que consultan antes, por lo cual -dice el kinesiólogo- tienen más posibilidades de abordar y resolver positivamente este trastorno.
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